Esta duda es muy recurrente y quizás te haya surgido en más de una ocasión. A continuación, vamos a tratar algunas diferencias entre ambas opciones que te ayudarán a decidir lo mejor para tu hogar. ¡Vamos!

Para empezar, tienes que tener en cuenta el tamaño de tu ventana. Si es grande, lo más indicado es apostar por una cortina, mientras que si es pequeña, resulta más adecuado un estor. ¡Pero no tiene por qué ser así!

De otro lado, el espacio del que dispongas será también motivo para decisión, ya que las cortinas, por lo general, llegan hasta el suelo y los estores acostumbran a colgar hasta el marco inferior de la ventana.

Dicho esto, vamos a tratar algunos pros y contras de ambas opciones.

Pros y contras de las cortinas

En primer lugar, las cortinas resultan adecuadas para la mayoría de las ventanas y son ideales para las de gran tamaño ya que resultan muy decorativas. También admiten muchas combinaciones de estilos y son ideales para crear ambientes realmente acogedores.

Otro punto importante es que pueden ofrecerte un efecto aislante, ya que si eliges una tela tupida y un largo generoso, disfrutarás de un cierto aislamiento térmico y acústico.

Pero no todo son ventajas. Por lo general, al necesitar más tela para su confección, resultan ser más costosas que los estores. Otra desventaja es que para que queden bien, requieren de un espacio extra en ambos laterales de la ventana que quizás no tengas.

Y para terminar la cuestión del lavado: si son muy grandes, tendrás que llevarlas a una tintorería, con el coste que ello supone.

Pros y contras de los estores

Los estores suelen ser ideales para espacios pequeños, pues van pegados a la ventana y son más ligeros y prácticos que las cortinas. También son más económicos puesto que necesitan menos tela para su confección.

Y no podemos olvidar que regulan mejor el paso de la luz, debido a que puedes graduar su altura a tu gusto. ¡Ah!, y también son más fáciles de lavar. Tenlo en cuenta.

Por lo que respecta a sus desventajas, pueden ser incompatibles con algunos tipos de tela más rígidos, lo que reduce sus capacidades decorativas y de personalización.

Por otro lado, pueden resultar incompatibles con algunas ventanas balconeras, practicables u oscilobatientes, pues serán un estorbo al momento de abrirlas y cerrarlas.

Como ves, no hay una opción mejor que otra sino que depende fundamentalmente de tus necesidades y gustos.

¡Te esperamos en los comentarios!

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